EL CASO ZAPATA-MORALES AFECTÓ DIRECTAMENTE LA IMAGEN DEL
PRESIDENTE
Década
de Evo estuvo marcada por escándalos de corrupción
La mayoría de los implicados
son personas cercanas al Primer Mandatario, como Santos Ramírez, Carlos
Villegas y los dirigentes de organizaciones sociales.
sábado, 05 de marzo de 2016
Página Siete / La Paz
En la década de gobierno de Evo
Morales se registraron, al menos, 10 casos de corrupción que afectaron la
imagen del Gobierno, pero sólo uno, el último -el caso Zapata-Morales- golpeó
la credibilidad del Presidente.
En 2009, tres años
después de que Morales asumiera la presidencia, fue asesinado a "tiros”
Jorge O’Connor D’Arlach, quien manejaba la empresa fantasma Catler Uniservice.
Esta muerte develó un hecho de corrupción que implicó al propio presidente de
la petrolera YPFB, Santos Ramírez, alto dirigente del MAS y persona de
confianza del presidente Morales.
El segundo caso de relevancia
fue el de los proyectos fantasmas del ex-Fondo Indígena. El informe de la
interventora de la entidad reveló un daño económico al Estado de 102 millones
de bolivianos. Pero
el daño en ese caso fue mucho mayor.
La
reacción presidencial fue casi de inmediato. "Va a ser combatida la
corrupción, caiga quien caiga, y no quiero dirigentes que defiendan a los
corruptos que están dentro del Fondo Indígena”, dijo Morales. Sin embargo,
opositores señalan a Nemesia Achacollo, exministra y directora de la entidad,
nunca fue llamada a declarar.
Pero
fue el caso Zapata-Morales el que afectó en forma al Presidente. Esta vez, su
expareja gestionaba -según las denuncias- la adjudicación de contratos a favor
de la empresa china.
En agosto de 2006, el
Ministerio de Relaciones Exteriores denunció la falsificación de
documentación para obtener visas chinas. Las investigaciones apuntaron de
manera directa a los asambleístas del oficialismo Santos Ramírez, José Bailaba
y Guido Guardia.
En 2008, el
Gobierno reveló que nueve exfuncionarios diplomáticos de Bolivia en Argentina
adquirieron vehículos, enseres personales, bebidas alcohólicas y cigarrillos
con la utilización de franquicias especiales por un monto calculado en 8,1
millones de dólares.
El otro caso sonado fue el de
2008, cuando 33 camiones de contrabando evadieron el control fronterizo de la
Aduana de Pando. Los responsables de estos motorizados dijeron que tenían
permiso del ministro Juan Ramón Quintana para llevar esta mercadería. Sin
embargo, la autoridad negó tales vínculos.
Se sumó a estos hechos el
supuesto sobreprecio de 14 millones de dólares en la compra del avión
presidencial Dassault Falcon 900Ex Easy en 2010. Ese año, el Gobierno
adquirió, sin licitación, el avión modelo 2007 en 38,7 millones de
dólares. Sin embargo, el catálogo de Falcón exhibía una nave similar modelo
2005 a 24,5 millones de dólares.
En 2014, se descubrió una red
de corrupción que estaba compuesta por abogados del Ministerio de Gobierno. En
esa oportunidad, el empresario estadounidense Jacob Ostreicher denunció que fue
extorsionado.
El caso Papelbol se
produjo entre 2007 y 2008, pero explotó en 2012. El entonces viceministro
Eduardo Peinado compró equipos para Papelbol con un sobreprecio de 7,4 millones
de dólares.
En diciembre de 2014 se
descubrió un clan de corrupción en la petrolera estatal YPFB. En esta
oportunidad, Ana Belén Camacho reveló haberse beneficiado con contratos
millonarios autorizados directamente por el extinto presidente de YPFB, Carlos
Villegas, con quien además, dijo, mantenía una relación amorosa.
Otro
caso millonario de corrupción fue el de las barcazas chinas, hecho público en
2009.
El
Vicepresidente también fue salpicado con el caso Air Catering. Su cuñada
Silvana del Castillo se adjudicó el servicio de catering de BoA con una empresa
creada sólo meses antes.